El cuidado del territorio como acto de justicia epistémica



Bordar del fuego al agua: el cuidado del territorio como acto de justicia epistémica


El servicio que hemos hecho al territorio desde la perspectiva de la salud comunitaria nos ha llevado a transitar hacia un entendimiento más amplio: bien estar, bien ser, bien compartir, bien vivir.

El cuidado al territorio intervenido que habitamos nos hace reflexionar en nuestro propio territorio-cuerpo, territorio-colectividad, territorio-comunidad, y cómo cada uno de estos territorios, en sus dimensiones atómicas, moleculares y celulares, corresponde a la condición y síntoma del territorio geográfico.

Sabemos que este territorio cuerpo-colectivo-comunidad-pueblo-nación-pachamama se ha intentado intervenir, ceder, despojar, manipular, conquistar, extraer, mercar, controlar, desarticular para el interés de unos pocos que ordenan el mundo. Esta tierra, en su fundamento elemental, se interviene y transforma desde una idea, un pensamiento, un paradigma, una red epistémica que dicta “verdades” y que, en diálogo con la vida y sus sistemas, se vuelve realidad.

El viento, elemento vinculado al pensamiento y a las ideas, es el aliento que esparce las semillas que materializan nuestra realidad. La tierra que hemos vivido en este sistema que colapsa fue sembrada desde una semilla-idea-paradigma hegemónica y devastadora de las diversidades, que intentó borrar las múltiples formas de habitar y ser en los mundos.

En esta reducción, con intención de dominio, el saber de los pueblos originarios fue relegado a mito o superstición; la conexión con el reino vegetal y animal se volvió fábula; los acuerdos con los vientos y las aguas, desmemoria. Así, se violaron los pactos hechos en los primeros tiempos entre los representantes de los distintos reinos.

Cuidar el territorio implica volver a la episteme, a la semilla fundante del pensamiento milenario de nuestros ancestros, encarnarlo y dialogarlo en la realidad actual. Es un acto político de justicia epistémica, fundamental para cooperar con esta madre tierra que nos cobija y nos da permiso de vivirla.

La ruta que proponemos para volver a la justicia del conocimiento es el bordado: bordar la palabra, el saber, la memoria, la intuición, la voluntad, el espíritu del pueblo que somos. Cada persona es soberana de ser el hilo que une mundos. Bordar el conocimiento del fuego al agua es recordarnos el espíritu y la voluntad del pueblo y del territorio del que formamos parte.

Construimos el saber desde el fuego, guía, pasión, creación para transitar al agua, intuición, sentir, emoción. Volver a estos elementos, hoy manipulados y disputados para controlar el mundo, es vital. En su alquimia está la posibilidad de sanar y crear.

Sabemos que todos los colapsos son caóticos, pero también son la oportunidad de nacer nuevas formas de hacer mundo. Nosotras bordaremos del fuego al agua.


Alika Santiago
10 de septiembre de 2025




#SaludComunitaria #TerritorioCuerpo #JusticiaEpistémica #PueblosOriginarios #MemoriaAncestral #BienVivir #CuidadoDelTerritorio #FuegoYAgua #BordarLaPalabra #EpistemologíasDelSur


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Colectiva K-luumil X’ko’olelo’ob - nuestro proyecto político

✨Nuestra palabra viajó hasta Helsinki 🌍